domingo, 10 de abril de 2011

Fragmentos.

Todo hacía pensar que Amaranta se orientaba hacia una felicidad sin tropiezos. Pero al
contrario de Rebeca ella no revelaba la menor ansiedad. Con la misma paciencia con que
abigarraba manteles y tejía primores de pasamanería y bordaba pavorreales en punto de cruz,
esperó a que Pietro Crespi no soportara más las urgencias del corazón.

(Relativo a Amaranta Buendía. Cien años de soledad - Gabriel García Márquez)

<<No soporto más ésta espera>>, Le dijo <<Nos casamos el mes entrante>> Amaranta no tembló
al contacto de sus manos de hielo. Retiró la suya, como un animalito escurridizo y volvió
a su labor.
- No seas ingenuo, Crespi -sonrió-, ni muerta me casaré contigo.
(Amaranta a Crespi. Cien años de soledad - Gabriel García Márquez)

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