viernes, 9 de septiembre de 2011

Y no pude distinguir entre ceguera y olvido,
ni aún cien años despues,
de encontrar tu carta entre mis cartas,
y tu voz en mi memoria,
perforada y reseca,
del viento y lluvia ... de ésta,
crónica del pasado,
absurdo y,
caído,
desmembrado,
en miles de pedazos,
y no pude nunca juntarlos...
nunca, juro,
que jamás nunca,
volví a saborear tu nombre...

Y no pude verte,
agitando el pañuelo del hasta nunca...
jamás
vi la última sonrisa,
que te pintaste,
ni entre ceja y ceja,
el ceñído de tus promesas
pasajeras,
ambulantes,
sin dejar en cada puerto, un amante...

No pude sostener,
en mis manos,
la ilusión de tus regalos,
nunca,
jamás nunca,
recibí las letras doradas,
ni la llave,
ni los fantasmas de tu regreso,
juro,
que jamás nunca,
volví a pensar en eso.

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